27 abril 2010

Un año después



Después de un año, mi compañero, mi camarada, mi hermano, mi amigo, el mundo sigue con su ritmo imparable y ya sabes, yo aquí, empeñada en hacerlo girar muchas veces del lado contrario, pero sólo por joderle un poco, manías que tiene una...

La vida ya me va tratando de tu, pero no siempre, no en todas las ocasiones, sería pedir demasiado.

Los hombres y las mujeres siguen follando y matándose a partes iguales, y esto no hay Dios que lo entienda.

Sin ti la literatura está más triste.

Aún no te he llorado como debía porque me duele aquí dentro no tenerte.

¿Y tú? ¿Qué tal? Seguro que cojonudo en ese cielo hecho a tu medida que te tendrían preparado allí: sin prisas, con mogollón de folios en blanco y un portátil estupendo con conexión ininterrumpida y gratuita a internet; Ya sé que no está la gente que quieres, pero no seas nervioso, que allí todos vamos a llegar a verte: tarde o temprano compartiremos contigo un café.

¿Sabes  cuánto te he querido compañero? Casi tanto como lo que me cuesta adaptarme a que mi socio, mi mitad ya no está aquí.

Y mira que lo he intentado, pero no es lo mismo. 

Estés donde estés, sabes que estamos contigo.

Te quiero.